¿Sabías que algunas ciudades en Marruecos se describen con nombres de colores debido a las tonalidades de sus edificios? Así, por ejemplo, Chefchaouen es la ciudad azul o Tánger es la ciudad blanca. Yo te voy a hablar hoy de la ciudad roja, que durante siglos ha inspirado a artistas de todo el mundo. Sigue leyendo para descubrir qué ver y hacer en la ciudad de Marrakech.
Un lugar que sin lugar a duda supone un estímulo para todos los sentidos. Los colores de sus mercancías en los zocos, los olores de las especias a la vuelta de cada esquina, el sabor de sus deliciosos platos típicos, el ambiente caótico de sus calles y plazas… nada en esta ciudad te dejará indiferente.
Te cuento lo que nosotros hicimos y visitamos en Marrakech durante nuestro viaje de casi 4 días a la ciudad a finales de diciembre de 2018.
TABLA DE CONTENIDOS
- Día 1: Qué ver en el centro de Marrakech
- Place des Ferblantiers
- Palacio de la Bahía
- Jardines de Agdal
- Palacio Real
- Tumbas saadíes junto a la mezquita de la Kasbah
- Puerta de Bab Agnaou
- Mezquita Kutubia
- Recorrido de la ciudad en el bus turístico
- Día 2: Seguimos recorriendo la medina de Marrakech
- Palacio El Badii
- Plaza Jemaa el Fna: una auténtica experiencia para todos los sentidos
- Zocos de Marrakech
- Medersa Ben Youssef
- Museo de Marrakech
- Jardines de la Menara
- Día 3: Excursión al valle de Ourika
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A Marrakech llegamos por la noche, después de haber pasado unas horas visitando la ciudad de Amsterdam durante la escala de nuestro vuelo. Por este motivo, no cuento el día de la llegada como parte de nuestro itinerario, ya que ese día no hicimos mucho.
Al salir de la terminal decidimos coger un taxi para llegar a la ciudad, que está a unos 7 kilómetros del aeropuerto. Nada más salir encontrarás una larga fila de taxis esperando y puedes empezar a regatear el precio con ellos.
El taxista nos dejó a pocos metros de la plaza Jemaa el Fna, cerca de donde se encontraba nuestro hotel. Descubrirás que las calles de la Medina son casi como un laberinto, así que una persona del hotel vino a encontrarse con nosotros allí y guiarnos hasta el alojamiento.
Dejamos allí nuestras cosas y nos fuimos a dar una pequeña vuelta por los alrededores y a cenar algo cerca de la plaza Jemaa el Fna.
Día 1: Qué ver en el centro de Marrakech
Por la mañana comenzamos nuestro recorrido por la ciudad de Marrakech. Desde nuestro pequeño hotel en el centro de la medina, decidimos caminar por una de sus calles llena de pequeñas tiendas con todo tipo de artesanías. Al final de la calle salimos directamente a la Place des Ferblantiers.
Place des Ferblantiers
Se traduce como plaza de los hojalateros. Esta pequeña plaza es un rincón tranquilo y acogedor en comparación con el resto de la Medina y todo su ajetreo. Bancos para sentarse a descansar, palmeras que decoran la plaza, cafeterías con terraza para sentarse a tomar un café, té o una comida con tranquilidad. Diversas tiendas con artículos de hojalata de estilo tradicional y moderno como teteras, bandejas, faroles, etc., pueden encontrarse alrededor de la plaza. Desde aquí puedes acceder fácilmente al palacio de la Bahía y al barrio judío de El Mellah.
Palacio de la Bahía
Construido en la segunda mitad del siglo XIX por el gran visir Si Musa con la intención de sobrepasar la belleza de los palacios más bonitos de Marruecos. Es sin duda uno de los lugares que te recomiendo ver en Marrakech.
La construcción por parte de artesanos de la ciudad de Fez duró unos 15 años, y el visir no pudo disfrutar del palacio terminado, ya que murió antes de que finalizara. Su hijo Ba Ahmed se encargó de completar la construcción.
Ba Ahmed vivió en el palacio con sus 4 esposas, su harén de 24 concubinas y sus numerosos hijos. Le dio el nombre al palacio en conmemoración a su primera esposa, que se llamaba Bahía.
Cuando el visir Ba Ahmed murió, el sultán Abdelaziz ordenó saquear el palacio, por lo que hoy en día sus estancias están vacías.
El palacio tiene una extensión de 8000 m2. Sin embargo, solo una pequeña parte se visita, ya que hay una gran zona privada donde a veces pernocta la familia real de Marruecos o reciben a dignatarios extranjeros.
Te recomiendo ir pronto a visitarlo porque al ser uno de los mayores atractivos de la ciudad de Marrakech se suelen formar colas para entrar.
Horario del palacio: todos los días de 9:00 a 16:30. La duración media de la visita es de 1 a 2 horas.
Precio de la entrada: 70 Dirhams (unos 7 €).
Jardines de Agdal
Dando un paseo por el barrio judío llegamos hasta los muros de los jardines de Agdal. No hasta su entrada principal, la cual se encuentra un poco más lejos. Pensamos que estaban cerrados, aunque después leímos que suelen abrir solamente los fines de semana.
De todas formas, más tarde leí en varios foros y blogs que no merecen mucho la pena y que se trata básicamente de un estanque en medio de una enorme granja de olivos. Si hubiéramos tenido más días para explorar la ciudad, probablemente nos hubiéramos acercado a hacernos una opinión propia del lugar pero como no era así decidimos continuar nuestro camino.
¿Has estado en los jardines de Agdal? ¿Crees que es un lugar que definitivamente hay que ver en Marrakech o no? ¡Me encantaría que dejes tu opinión más abajo en los comentarios!
Palacio Real
Desde las afueras de los jardines de Agdal caminamos hasta el exterior del palacio real, el cual no se puede visitar al ser un edificio oficial. Solamente se pueden ver sus murallas por fuera y está fuertemente vigilado por la guardia real, a quienes no les gusta mucho que se hagan fotos. Seguimos nuestro camino hacia las tumbas saadíes y la mezquita de la Kasbah.
Tumbas saadíes junto a la mezquita de la Kasbah
Las tumbas saadíes son otro de los lugares que ver en Marrakech más popular entre los turistas, por lo que te recomiendo que vayas a primera o a última hora a verlas si no quieres esperar largas colas. La entrada para los turistas que desean visitar las tumbas está en uno de los extremos de la pared sur de la mezquita Moulay El Yazid.
A principios del siglo XIX, estas tumbas fueron ocultadas por el sultán Moulay Ismail, que saqueó todos los lugares con cultura saadí como el palacio El Badi. Sin embargo, dejó las tumbas intactas, escondidas tras unos altos muros. Fueron redescubiertas por los franceses en 1917.
La dinastía de los saadíes reinó en Marruecos entre 1524 y 1659. Ahmed El Mansour construyó allí su mausoleo en lo que eran los jardines de la mezquita de la Kasbah (anteriormente allí estaban las tumbas de algunos emires). A su lado fueron enterrados 7 sultanes, así como 62 miembros de sus familias.
En el recinto hay 2 mausoleos. El primero consta de tres salas que se conocen como «Sala de las oraciones», «Sala de las 12 columnas» y «Sala de los tres nichos».
La sala de las oraciones era originalmente una sala de rezos en la que ahora se encuentran los restos de algunos miembros de la dinastía alauí, incluido el sultán Moulay El Yazid. Con columnas de mármol y un mihrab enmarcado por un arco de herradura.
Detrás se encuentra la sala de las 12 columnas, con puertas de madera de cedro, columnas de mármol blanco de Carrara traído de Italia y paredes de azulejos y estucos. Aquí está la tumba de Ahmed El Mansour y su familia.
Por último en la sala de los tres nichos se encuentran las tumbas de algunos principes, esposas y concubinas.
Después está el segundo mausoleo, que alberga los restos de otros miembros de la dinastía, entre ellos la madre de Ahmed El Mansour, Lalla Messaouda. En los jardines están las tumbas de otros cientos de miembros de la casa real.
Horario de visita: todos los días de 9:00 a 16:45.
Precio de la entrada: 70 Dirhams (unos 7 €).
Puerta de Bab Agnaou
Esta bonita puerta es una de las diecinueve de la muralla que rodea la medina de Marrakech y es la entrada principal a la Kasbah. Construida en el siglo XII durante la dinastía de los almohades, es Patrimonio mundial de la UNESCO desde el año 1985.
La puerta tenía una función más bien decorativa. Construida en ladrillo y piedra, esta última ha perdido su tono original gris azulado debido a los vientos del desierto. Su fachada presenta cuatro bellos arcos superpuestos, así como decoraciones florales e inscripciones del corán.
Mezquita Kutubia
Sin lugar a dudas uno de los sitios que más te recomiendo para ver en Marrakech. Es la mezquita más grande de la ciudad, construida en el siglo XII. También es el edificio más alto de Marrakech, y está prohibido por ley que sea superado en altura por ningún otro.
Si no eres musulmán no puedes entrar a la mezquita. Sin embargo, su famoso minarete puede admirarse muy bien desde fuera. Cada lado de su fachada cuadrada está decorado de forma diferente. Como dato de interés, sirvió de modelo para la construcción de la Giralda de Sevilla.
La mezquita cuenta con una gran plaza con jardines por los que pasear y admirarla. Por la noche la iluminan con focos, lo cual también ofrece una visión espectacular. Cinco veces al día puedes escuchar el llamado a la oración del muecín de la mezquita desde lo alto del minarete.
La encuentras a unos 5 minutos caminando desde la plaza Jemaa el Fna, y no tiene pérdida porque se ve desde prácticamente toda la ciudad. No te la pierdas durante la puesta de sol.
Recorrido de la ciudad en el bus turístico
No somos mucho de usar los autobuses turísticos cuando vamos a visitar una ciudad, pero en este caso nos pareció una buena opción para aprovechar el tiempo que nos quedaba ese día. Además, el servicio ofrece dos rutas y con una de ellas podíamos ver la parte nueva de Marrakech con más facilidad en nuestra apretada agenda.
Compramos el ticket para dos días, que te permite subir y bajar en todas las paradas y nos costó 190 Dirhams por persona (unos 17 €).
Hicimos el recorrido y nos bajamos en la parada de Menara Mall, un centro comercial cercano a los jardines de Menara. En el exterior había una fuente con espectáculo de música y colores que estaba en funcionamiento en ese momento. Cenamos allí en el restaurante Café Élite. Volvimos caminando hasta la medina, admirando la muralla que rodea la Medina y pasando por delante del lujoso hotel La Mamounia.
También puedes hacer un free tour por Marrakech para descubrir los lugares imprescindibles de la ciudad
Día 2: Seguimos recorriendo la medina de Marrakech
Palacio El Badii
En el siglo XVI, este palacio construido por el sultán saadí Ahmed El Mansour estaba lleno de decoraciones de oro, ónice y mármol. Un par de siglos después, fue totalmente saqueado por el sultán Moulay Ismail. Hoy en día solo podemos visitar sus ruinas, pero al hacerlo es fácil imaginarse el magnífico esplendor que tuvo en otros tiempos.
En el lado noreste del palacio hay una torre que es la única que conserva sus escaleras y, por lo tanto, adonde se puede subir para contemplar el palacio El Badii desde su terraza. Desde ella se puede ver la ciudad de Marrakech, además de las partes del palacio que han quedado un poco más conservadas: su muralla y su patio interior con un gran estanque.
La traducción de su nombre significa «El incomparable». En su día, el palacio disponía de 360 habitaciones, todas ellas decoradas con los materiales más exquisitos importados de distintos países. Su construcción estuvo muy influenciada por la Alhambra de Granada.
Hay un espacio de exposición donde se puede observar el minbar (púlpito) almorávide que una vez se utilizó en la mezquita Kutubia y que fue tallado por artesanos cordobeses en el siglo XII. Para verla hay que pagar una entrada aparte.
Horario de visita: todos los días de 9:00 a 17:00.
Precio de la entrada: 70 dirhams (unos 7 €).
Plaza Jemaa el Fna: una auténtica experiencia para todos los sentidos
A cualquier hora del día o de la noche encontrarás una gran actividad en esta famosa y enorme plaza principal de Marrakech, el centro de la vida de esta ciudad. Creo que es imposible que este lugar no se quede grabado en la memoria de quienes lo visitan. Te diría que se trata de uno de los lugares que ver en Marrakech que definitivamente no te puedes perder, pero creo que no hace falta, ya que sería muy difícil que no pases por ella al visitar la ciudad.
Es muy interesante ver cómo la plaza se va transformando según transcurre el día. Por la mañana es un espacio un poco más tranquilo, donde los vendedores empiezan a montar sus puestos de especias, zumos de frutas y demás mercancías.
Según avanza el día va habiendo más movimiento. Sin embargo, un aspecto que no me gusta nada es el de los domadores de monos y encantadores de serpientes que se congregan para dar espectáculo al turista a costa del maltrato que sufren estos animales. Espero que algún día esto desaparezca cuando no haya ningún turista que se interese por ello.
Cuando llega la noche, la plaza cambia por completo y se llena de puestos de comida, música y espectáculos. Te recomiendo sentarte en una de sus terrazas al atardecer, observando el bullicio de la plaza, escuchando el llamado a la oración y dejando que tus sentidos disfruten de lo que ves, escuchas y hueles.
Nosotros cenamos en uno de sus restaurantes (Restaurante Taj’in Darna) que dispone de una terraza desde donde observar el ambiente de la plaza mientras cenas. Hacen unos tajines deliciosos, así que si te apetece probarlos te recomiendo que pases por allí.
La plaza Jemaa el Fna es un lugar por el que te recomiendo que camines a distintas horas del día para disfrutar de sus diversos aspectos. Además, es una de las entradas principales del zoco, del cual te hablo a continuación.
Zocos de Marrakech
La palabra zoco viene del árabe suq, que significa mercado.
Desde la parte norte de la plaza Jemaa el Fna puedes acceder a los callejones que forman el zoco de Marrakech. No dudes en entrar en él y perderte por su laberinto de calles, descubriendo un montón de originales puestos artesanales de todas las mercancías que te puedas imaginar tras cada esquina.
Una avalancha de colores, olores, exóticos productos, bullicio de calles llenas de gente… esto y mucho más es lo que te espera cuando te adentras en el zoco de Marrakech.
En el zoco, se agrupan tradicionalmente los artesanos por gremios, así que encontrarás pequeños zocos dedicados a los más variados oficios. Tejedores, curtidores, vendedores de especias, productos de madera y mucho más te espera si te atreves a adentrarte en sus calles.
No te olvides de regatear el precio de cualquier producto que te interese. Dicen que lo ideal es no pagar más de un tercio de lo que te piden en un principio, aunque creo que lo importante es que ambas partes queden satisfechas con el trato. A mí se me da muy mal regatear, pero tengo que confesar que en Marrakech lo intenté y nos reímos un montón comprando una lámpara. Eso sí, tardamos un buen rato, así que tómatelo con calma.
El zoco abre más o menos de 9:00 a 19:00 todos los días, excepto los viernes que suele estar cerrado.
Medersa Ben Youssef
Después de perderte por las laberínticas calles del zoco, es probable que llegues a la zona donde se encuentra la famosa Medersa Ben Youssef.
La medersa es la escuela donde se estudiaba el corán. Es la más grande de Marruecos y se construyó en el siglo XIV. Se trata además de uno de los pocos edificios religiosos de Marrakech donde se permite la entrada a no musulmanes.
Debe ser muy bonita por lo que hemos visto en fotos pero lamentablemente no pudimos entrar a verla porque estaba cerrada debido a que se están haciendo obras de renovación. Está previsto que siga cerrada hasta mediados de 2020.
Museo de Marrakech
Al lado de la medersa se encuentra el museo de Marrakech y en este sí que entramos. El edificio donde se encuentra es un palacio construido a finales del siglo XIX, en el que desde 1997 se exhiben obras de arte tradicional marroquí y contemporáneo.
Lo que merece la pena visitar es el edificio en sí. A través del patio principal se accede a las diferentes salas que hay alrededor del mismo. No te pierdas la gran lámpara de cobre colgada del techo que cubre el patio.
Horario de visita: todos los días de 9:00 a 19:00 de abril a septiembre y de 9:00 a 18:00 entre octubre y marzo.
Precio de la entrada: 50 dirhams (unos 5 €).
Después de visitar el museo volvimos de nuevo hasta la plaza Jemaa el Fna caminando a través del zoco y allí cogimos el bus turístico nuevamente para recorrer las zonas de Guéliz e Hivernage. Queríamos ver el atardecer en Marrakech en los jardines de Menara, así que nos bajamos en dicha parada.
Jardines de la Menara
Estos jardines fueron construidos en el siglo XII. El pabellón con tejado piramidal se construyó más tarde, en el siglo XVI. Durante siglos, estos jardines fueron usados por los sultanes para hospedarse en verano.
El estanque artificial recibe el agua a través de unos canales subterráneos directamente desde los montes Atlas, situados a unos 30 kilómetros de distancia. Gracias a él se riegan también los olivos situados a su alrededor.
Te aconsejo acercarte a este lugar al atardecer para ver desde allí la puesta de sol. El acceso a los jardines es gratuito.
Desde los jardines de Menara volvimos a subirnos al bus turístico para regresar hasta la medina. En la plaza Jemaa el Fna cenamos un delicioso tajin en una de sus terrazas y dimos un paseo nocturno por los alrededores.
Día 3: Excursión al valle de Ourika
Queríamos hacer una excursión a algún lugar en los alrededores de Marrakech durante nuestra estancia. Al principio pensamos en visitar la bonita ciudad de Essaouira, pero el trayecto hasta allí dura 3 horas y decidimos dejarlo para otra ocasión en la que visitemos Marruecos con más tiempo. Al final nos decidimos por la visita al valle de Ourika.
Este lugar está a unos 60 kilómetros al sureste de Marrakech, por lo que solo se tarda más o menos una hora y media en llegar. Dependiendo de la excursión que hagas, es posible que antes de llegar se hagan una o más paradas para ver otros lugares.
A nosotros nos llevaron a visitar una aldea bereber. Fuimos a una tienda en la que vimos a mujeres trabajando el argán, con el que fabrican muchos productos como cremas o champús.
Después visitamos la casa de una familia bereber, donde nos invitaron a sentarnos a tomar un típico té y probar un delicioso pan tradicional. Nos explicaron como viven las familias en las aldeas bereberes e incluso nos enseñaron a ponernos el típico pañuelo en la cabeza como lo llevan ellos.
Al final llegamos al pueblo de Setti Fatma. Es el único pueblo que hay en el valle y desde él se accede a las cascadas. Está poblado principalmente por bereberes. A lo largo del río hay muchos restaurantes con mesas cubiertas de manteles de colores y sillas y sillones también de distintos tonos, en los que uno se puede sentar a comer tranquilamente a la orilla del río.
Cascadas de Ourika
En el valle de Ourika hay siete cascadas. En nuestra excursión accedimos hasta la primera, que es lo normal. El acceso a la primera cascada no es excesivamente complicado, pero hay algunos puntos en los que hay que prestar atención. Algunas partes tienen muchas piedras resbaladizas por lo que te recomiendo llevar un calzado adecuado. También tendrás que cruzar algunos puentes de madera que a primera vista no parecen muy estables.
Ir hasta las siguientes cascadas es posible pero difícil, hay que ir preparado, con botas de montaña y un guía. Los accesos son difíciles, en algunos tramos los guías te colocan escaleras de madera para que puedas seguir.
Después de observar la cascada y hacer un pequeño descanso iniciamos el descenso por otro camino, admirando el paisaje y las vistas del valle.
Al llegar de nuevo al pueblo, nuestro grupo se fue a comer con el guía a uno de los restaurantes. La comida se pagaba aparte y nosotros decidimos que en lugar de comer allí preferíamos dar un paseo por el pueblo. Hablamos con el guía y no nos puso ningún problema.
Cuando el grupo terminó de comer volvimos a la ciudad de Marrakech. Paseamos alrededor de la mezquita de la Kutubia al anochecer y disfrutamos nuevamente de una sabrosa cena en el restaurante de la plaza Jemaa el Fna.
Nuestro vuelo a Madrid salía a la 1 de la mañana, así que regresamos al hotel, recogimos nuestras cosas y nos pusimos en camino al aeropuerto.
Si aún no conoces Marrakech te animo a visitarlo en cuanto tengas la oportunidad. Si vives en España, es un destino que se presta perfectamente a visitarlo en 3 o 4 días como hicimos nosotros. Desde Madrid o Barcelona está a menos de dos horas de vuelo.
¿Qué nos faltó por ver en Marrakech?
En los 3 días que tuvimos para conocer la ciudad pudimos visitar casi todos los lugares que teníamos planeados. No pudimos entrar en la Medersa Ben Youssef, ya que como he comentado más arriba estaba cerrada por reformas.
Otro lugar que nos dejamos por visitar fueron los famosos jardines Majorelle. Pasamos por delante durante el recorrido en el bus turístico, pero viendo la cantidad de gente que había formando cola para entrar, decidimos dejarlo para otro momento. Después ya no nos dio tiempo a visitarlo, así que queda pendiente para la siguiente ocasión.
Y tú, ¿conoces ya esta hermosa ciudad? ¿Qué lugares son los que más recomiendas ver en Marrakech? ¡Cuéntamelo todo en los comentarios!
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Diplomada en Turismo, Tripulante de Cabina de Pasajeros y bloguera de viajes. Fundadora y editora del blog Un mundo por volar donde comparte sus aventuras y experiencias vividas en los viajes que realiza.
6 ideas sobre “Qué ver en Marrakech en 3 días – La ciudad roja de Marruecos”
Hola Arantza!
Muchísimas gracias por esta verdadera guía que te enseña qué ver en Marakech en 3 días. Es un destino que por un motivo o por otro, siempre me ha quedado pendiente. Por eso, guardaré tu guía y la tendré muy en cuenta para cuando por fin se concrete el viaje.
Qué lástima que no se pueda entrar a la mezquita, cuando en otros países de religión musulmán lo permiten.
Apuntadísimos los Jardines de la Menara para ver el atardecer.
Saludos
¡Muchas gracias Florencia!
Me alegro mucho de que te haya gustado el artículo y de que te pueda ser de ayuda para cuando decidas viajar a Marrakech y elegir qué lugares ver en la ciudad 🙂
Sí que es una lástima que no se pueda entrar a ver la mezquita, a mí también me hubiera gustado hacerlo.
¡Saludos!
Tu lo has dicho!! Marakech es un regalo para los sentidos…Y Marruecos en general! Adoro ese país. Fijate que teníamos planificada una escapada a Marrakech para el 16 de marzo, lo tenía todo preparadísimo y el 14 cerraron la frontera por el aeropuerto! Ay! nos quedamos con las ganas y a día de hoy todavía está dificil acercarse , y más tal y como se están poniendo las cosas, así que ya me lo dejo para el verano que espero que cambie la situación.
Si te digo que teníamos pendiente casi todo lo que nos comentas en el post!! Lo que no había previsto era el bus turístico, queríamos pasear un poco en camello. Pero los palacios, mezquitas, la plaza Jemaa el Fna, las tumbas saudies…También queríamos acercarnos a los jardines Majorelle, aunque quedan en la parte más occidental. Incluso teníamos la excursión al valle de Ourika de un día aunque si te digo la verdad me daba un poco de cosa una parte del camino que a mi me da que era un poco complicada, creo que nos hubierámos quedado en la primera. Me guardo tus recomendaciones para cuando podamos retomar el viaje.
¡Hola!
Ay no, ¡qué lástima! La verdad es que da mucha rabia tener que cancelar los planes, y más si es con tan poca antelación como os pasó a vosotros 🙁 Espero que pronto mejore la cosa y podamos volver a viajar con normalidad para que por fin podáis realizar esa estupenda visita a Marrakech.
Nosotros la verdad que tampoco teníamos previsto lo del bus turístico, pero nos dio por casualidad por mirarlo al pasar por al lado y vimos que nos podía ser muy útil para ver más partes de la ciudad, y al final fue una buena decisión.
En el valle de Ourika no es difícil llegar a la primera cascada, pero tened en cuenta llevar el calzado adecuado. Yo llevaba unas zapatillas deportivas pero resbalaban un poco, y en los sitios que eran un poco más resbaladizos tuve un par de dificultades, pero tengo que reconocer que soy un poco torpe 🙂
Me alegro mucho de que te haya servido mi artículo, si de aquí al viaje te surge alguna duda en la que te pueda ayudar no dudes en preguntarme.
¡Saludos!
Me ha maravillado comprobar todo lo que pudistéis ver en Marrakech en 3 días. Nosotros estuvimos una semana y aún así nos dio la sensación de que todavía nos quedaban cosas por ver. Si estuvimos en los Jardines de Agdal, y no es un lugar imprescindible, aunque nos pareció muy interesante, incluyendo el paseo que nos dimos hasta llegar (problemas de que nos encante andar). El Palacio de la Bahía y las Tumbas saadíes nos encantaron, aunque uno de los lugares que más nos sorprendió fue el Palacio El Badii, sobre todo porque apenas había turistas. Algo parecido nos pasó en el Museo de Marrakech, que también nos gustó bastante. Y por supuesto, todos los días pasábamos o cenábamos en la Plaza Jemaa el Fna. Es maravilloso descubrir la vida de Marrakech en ese lugar. Una pena que no pudieseis visitar la Medersa Ben Youssef o los jardines Majorelle. A estos últimos fuimos poco después de comer y apenas tuvimos que esperar cola.
¡Hola José! Muchas gracias por pasarte por aquí 🙂 Nosotros también somos de andar mucho, creo que por eso pudimos ver tantas cosas en Marrakech en solo 3 días. Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo del palacio El Badii, aunque nosotros no tuvimos la suerte de que casi no hubiera turistas, pero aún así nos gustó mucho. Sin duda pensamos visitar algún día la Medersa Ben Youssef y los jardines Majorelle, ¡así ya tenemos excusa para volver nuevamente a Marrakech! Gracias por el tip de ir después de comer, lo tendré en cuenta cuando volvamos, a ver si hay suerte 🙂
¡Saludos!